Ejercicios aeróbicos: son ejercicios de media o baja intensidad y de larga duración, donde el organismo necesita quemar hidratos y grasas para obtener energía y para ello necesita oxígeno.
Son ejemplos de ejercicios aeróbicos: correr, nadar, ir en bicicleta, caminar...
Ejercicios anaeróbicos: son ejercicios de alta intensidad y de poca duración. Aquí no necesita oxígeno porque la energía proviene de fuentes inmediatas que no necesitan ser oxidadas por el oxígeno.
Son ejemplos de ejercicios anaeróbicos: hacer pesas, carreras de velocidad y ejercicios que requieren gran esfuerzo en poco tiempo.
La diferencia es que los ejercicios aeróbicos son menos duros pero más largos y que necesitan oxígeno para poder realizarse. Y los ejercicios anaeróbicos son más duros pero cortos y no necesitan oxígeno porque la energía se obtiene de otras fuentes.
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